Nuestros Consejos
Hemos de tener en cuenta que la lana es una fibra natural y el hilo está compuesto por muchas hebras de lana.
Cuando la alfombra se está tejiendo, el hilo se va cortando para adherirse al backing. En ese corte, quedan siempre fibras sueltas, que, para nada, afectan a la calidad ni grosor de la alfombra ya terminada.
Estás fibras, llamadas pelusas, las vamos a ver en los primeros días de uso de la alfombra.
Al principio debemos pasar una escoba/cepillo suavemente, para ir retirando esas pelusas. O bien, pasar un
aspirador muy suave. A medida que vamos pisando la alfombra la lana se va asentando.
Limpieza profunda.
Es recomendable, al menos una vez al año, limpiar las alfombras en un centro especializado. Con el fin de airearlas, darles esponjosidad y quitarles las posibles manchas de suciedad.
Manchas.
Si nos cae algún producto líquido o semi-líquido como: Aceite, vino, café, té, comida de bebé, leche, zumo de fruta… lo primero que debemos hacer es evitar que se expanda la mancha, bien con una bayeta, paño de cocina o papel absorbente. Simplemente con agua, sería suficiente para tratar la mancha. No frote, sólo presione sobre la mancha.
Repetir el proceso hasta que desaparezca.
En caso de que la mancha persista o de manchas complicadas (pintura, esmalte de uñas, pegamento, etc.) dejar que la trate un profesional.
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